¡Jo,qué noche!
Por Juan Pablo Martínez
Antes de empezar a hablar de esta película, el regreso con gloria de Todd Phillips (Viaje censurado, Aquellos viejos tiempos, Starsky & Hutch) luego de la fallida Escuela de tontos, que aquí fue directo a video, hay que decir que ¿Qué pasó ayer? es la presentación en sociedad de otro cómico para agregar a la lista de los grandes: Zach Galifianakis. Zach es un comediante stand-up que vimos fugazmente el año pasado en un papel secundario en Locura de amor en Las Vegas, donde ya llamaba la atención, y que podemos ver en el emprendimiento online del dúo Ferrell-McKay, Funny or Die, con un falso talk show llamado Between Two Ferns (“Entre dos helechos”) donde entrevista a estrellas y las humilla de manera bien sutil con su habitual estilo deadpan. En el mejor de los episodios de Between Two Ferns, entrevista a Natalie Portman, y así, sin inmutarse, con su tono de voz relajado, le pregunta: “Cuando te afeitaste la cabeza para V de venganza, ¿también te afeitaste la V de vagina?”. Galifianakis es un tipo capaz de decir o hacer las cosas más disparatadas o de dudoso gusto, pero llevándolo a cabo con tal naturalidad que logra, a la vez, resultar enormemente gracioso y provocar ternura. Incluso, como sucede en ¿Qué pasó ayer?, en una escena en la que Alan, su personaje, está moviéndole la manito al bebé que encontraron los protagonistas en la habitación de su hotel luego de una noche de juerga de la que no recuerdan nada –a quien, a falta de nombre, Alan bautiza como “Carlos”– como si el crío se estuviera haciendo una paja Una parte importante del éxito de esta película está en la presencia de Galifianakis y su brillante sutileza. Pero es sólo un acierto en el catálogo de aciertos que es ¿Qué pasó ayer?. Empezando por su estructura narrativa. Como dijimos, los protagonistas despiertan en la habitación del hotel luego del reviente de la noche anterior, sin recordar nada. Están en Las Vegas, adonde viajaron para celebrar la despedida de soltero de Doug, uno de los amigotes. Pero Doug (Justin Bartha) no está y, en su lugar, hay una gallina, el antedicho bebé y un tigre en el baño. A Stu (Ed Helms) le falta un diente y Phil (Bradley Cooper) tiene una cintita de ésas que dan en los hospitales cuando alguien estuvo internado agarrada a un brazo. Desde ahí, comienzan a investigar y reconstruir los hechos ocurridos la noche anterior. Sí, el punto de partida no es muy original; lo hemos visto, por ejemplo, en Dude, ¿dónde está mi auto?. Pero lo interesante es cómo los guionistas Jon Lucas y Scott Moore estructuran el relato como si de un policial se tratara, metiendo revelación tras revelación, una más disparatada que la otra, incluyendo secuestros, hombres equivocados, casorios con strippers y Mike Tyson. Hay un jugueteo casi hitchcockeano en todo esto, en la manera en que los hechos se van encadenando y la historia se va armando de a poco.¿Qué pasó ayer? podría ser (mal)interpretada como una exaltación del macho heterosexual medio. El tener una despedida de soltero como centro (y McGuffin, si seguimos con el “hitchcockismo”) podría hacernos creer que va por ese lado. Pero estamos ante una comedia de Todd Phillips, y eso significa que lo que superficialmente podría pasar como festín testosterónico esconde, apenas un poquito más abajo de la superficie, un gran estudio de unos personajes de más de una dimensión. La película de Phillips más cercana a ésta, no sólo por las edades de los personajes sino también por un humanismo que no renuncia ni por un momento a la comedia más pura, es Aquellos viejos tiempos (Old School), la mejor de sus películas, donde, al igual que aquí, teníamos una historia de hombres de treinta y pico no demasiado conformes con su vida, que necesitan, como salida, hacer algo que los regrese a épocas en las que no tenían tantos compromisos. En ¿Qué pasó ayer?, el personaje de Phil, casado y con hijos, no pareciera querer que termine jamás esta aventura, porque eso implicaría volver a su casa y a su rutina. Pero luego, cuando lo vemos reunido con su familia, notamos que nada es tan así, que sólo necesitaba un descanso. Tanto Old School como The Hangover son películas sobre lo masculino, pero de ninguna manera son películas machistas.Volviendo al tema actoral, sería injusto mencionar solamente los talentos de Zach Galifianakis, porque lo cierto es que todo este ensemble cast funciona a la perfección. Desde los protagonistas hasta los secundarios, todos aquí componen personajes desopilantes, sí, pero también entrañables (salvo los policías, que no responden a ese último calificativo sino que son más bien desagradables y abusivos, pero muy graciosos en su brutalidad). Y no hay que dejar de mencionar a Ken Jeong, a quien vimos recientemente en Ligeramente embarazada y Mal ejemplo, interpretando aquí a un mafioso desquiciado a quien Alan le causa gracia “porque es gordo”. Otro comediante enorme que merece un protagónico.
(Publicado en el número 207 de El Amante)
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